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Historia de la silla mariposa contada por su creador Oscar Muñoz

La Primera Silla de plástico en Las Américas

Cuando estudiaba Diseño Industrial en la Scuola Statale D’arte en Florencia (1970), nos llevaron al Design Center en Londres y allí, conocí la silla polyprop (1.963) de Robín Day, la primera silla inyectada en polipropileno, inspirada en las sillas de fibra de vidrio de Charles y Ray Eames, pero muy barata.

El polipropileno hacía poco estaba en el mercado y un molde podía producir hasta 4.000 sillas en una semana.

Cursaba el año 1971 y la producción de sillas en Manufacturas Muñoz hoy MUMA, era muy artesanal y lenta, cada día teníamos más pedidos, le conté a mi papá de esa silla, pedí cotización del molde a la compañía Mares de Barcelona y el precio era exorbitante para el tamaño de la empresa, la comunicación por teléfono era costosísima así que todo fue por correo aéreo. En dos semanas tenía respuesta, me preguntaba el señor Mares que cuantas sillas producíamos al año y al exagerar que serían 15.000 me dice a vuelta de correo que para esa cantidad no justificaba un molde pues esa producción la inyectaba en un mes y los moldes se debían trabajar hasta 24 horas todo el año para amortizar los altos costos.

Explique que no vendíamos más sillas porque no las producíamos, pero que éramos capaces de vender muchísimas más.

Le comenté a un primo que trabajaba en Imusa una fábrica que inyectaba plástico y él me aseguro de que ellos eran capaces de hacer el molde, nadie se imaginaba las dificultades que eso suponía, fabricar un molde de 4 toneladas con la tecnología que se disponía en Medellín en ese momento.

Primero no se conseguía el bloque de acero de ese tamaño y especificaciones. Entonces a los ingenieros se les ocurrió mandar fundir las dos partes del molde siguiendo los planos que hice de la silla (por supuesto a mano) para luego labrar las cavidades. Ni siquiera en ciencia ficción pensábamos en 1.972 en los programas de computadores como ayuda para este trabajo. El acabado final como textura de cuero se hizo manualmente a motor tool. Luego de dos años de dedicación total en 1.974 sacamos la primera silla Mariposa inyectada en polipropileno de todo el Continente Americano. A pesar de que nos salió mucho más barato que si lo hubiéramos mandado a fabricar en España, el costo total fue alto para nosotros.

Mi padre creyó en la innovación y en el futuro de la empresa permitiendo esa inversión en una silla que era totalmente ajena al medio, ¿Quién quiere una silla plástica? ¿Cómo va el plástico a reemplazar a la madera o al metal? eso se quiebra, plástico es sinónimo de barato y desechable. Estos fueron algunos de los argumentos que tuvimos que enfrentar, con un problema y es que las primeras sillas si se partieron, aunque utilizábamos polipropileno copolímero, no teníamos idea de las calidades y las proporciones. Además, debimos aprender de los aditivos para rayos ultravioleta y resistencia del color a la luz.

Imusa lo que inyectaba era peinillas, juguetes, platos, vasos, baldes y pequeños utensilios domésticos que nunca estaban sometidos al uso y esfuerzo de una silla escolar o una silla de cafetería, que trabajaba todo el día, todos los días.

Pero poco a poco logramos resolver todos los problemas incluso el del acabado: Cómo el grabado de la silla era hecho a mano quedaban unos pelillos que se pegaban en la ropa, con la consiguiente molestia. Para quitarlos debíamos flamear la silla.

Además, tenía un pequeño desvío en el espaldar que nadie notaba pero que a mí me molestaba cada que lo veía.

Fuimos venciendo dificultades y la silla a medida que la gente le cogía confianza se empezó a vender en cantidades, hice estructuras para butacos, sillas giratorias, sillas para botes, para buses, sillas universitarias, escenarios deportivos, etc. Fue la locura se llegaron a vender 100.000 en un año. Mi Padre decía que se llamaban Mariposa porque se iban volando. Además, fue la primera silla que tuvo un nombre y se volvió genérico, era sinónimo de silla plástica.

Rápidamente Industrias Estra trajo un molde para inyectar la silla de Robin Day en Colombia, pero la nuestra tenía una gran ventaja y era el diseño de agarre que abrazaba el tubo de la estructura sin necesidad de tornillo, le agregábamos un remache pop para que no sacaran la silla.

La silla de Estra fue competencia buena pues la gente podía evaluar y escoger.

La silla mariposa se ha exportado a Estados Unidos, Panamá, Venezuela, Ecuador y Perú.

El molde fabricado por Imusa empezó a dañarse a los 2 años y yo recordaba que Mares decía que su molde lo garantizaba para 1 millón de sillas. Entonces decidimos mandar a fabricar un nuevo molde en Barcelona que llegó a principios de 1978 y el cual sigue produciendo mariposas, casi 40 años después.

Luego basado en la Mariposa diseñe el módulo Alcatraz para la cadena de hamburguesas, Presto.

Querían un booth, al estilo americano donde entraran 4 personas, pero sin tapizar, ligero y de fácil mantenimiento, este tal vez es el diseño que más me han copiado, salió más o menos en 1.976 y aún sigue produciéndose para casi todas las cafeterías del país.

Fuente del artículo Arquimuebles – Ver fuente

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